Porque en esos momentos me haces reír. Siempre. No sé si alguna vez lo intentaste de verdad pero siempre consigues que te siga. Porque cuándo más te necesito me llamas desde la luz. Siempre. No te das cuenta pero siempre me sacas una sonrisa con tu locura. Porque sencillamente sé que estás ahí y que nunca te irás. Nunca. Y porque si lees esto sé que recalcaré ese nunca y añadiré no por lo menos sin antes despedirte.