Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2014

Una Semana de Contacto Cero #006

Has roto el cuento junto con la magia que había, lo hemos roto los dos. No sabemos hablar como personas ¿Cómo vamos a querernos como locos? No estoy segura de si volveremos a hacerlo alguna vez. Por lo pronto se que no tengo ni ganas de seguir con esto, ni de dejarlo; ni de que vengas, ni de que no lo hagas. Ni de besarte ni de no poder hacerlo. Todo se resume a los opuestos que me dejan hecha un lío contigo, me alejan de ti y me hacen resistente, indiferente, sin sentimiento. Te he querido tantas veces aqui y nunca has estado. Te he echado de menos tanto y no lo he oido de vuelta. He confiado en ti y rara vez he salido ganando... Así que ¿Qué demonios es esto y que estamos haciendo? Aquí. Todavía. Donde siempre sin movernos un ápice. No quieres ¿No? Moverte. Pensar. Confesarte. Venir. Besarme. Volverme loca. Debo de suponer que todo eso se ha acabado ya. Que nos quedamos sin sentimientos, paciencia ni valentía. Yo estoy sin ganas y sin fuerzas.¿Cómo estas tu?

Una Semana de Contacto Cero #005

Una L romana, y unas cervezas. Una noche que me recuerda un poco el porqué quiero, y por qué prefiero lo que tengo. Una noche calurosa y el frío del temple que intento tener. Mil y una contradicciones. Mil y una vueltas que le he dado a esto ya. No se si me queda mucho por hacer. Muchísimas cosas me hacen echarle de menos y otras tantas me hacen olvidarle. Unas hacen que respete la situción y otras hacen que la odie. Unas me llenan de ganas de verle y otras me hacen querer huir de ese momento. Unas me plantean preguntas y otras rehusan de encontrar respuestas.  Mil y una contradicciones. Mil y una caras de mi vida anhelante. Estoy harta de repetirle lo mismo a todo el mundo. Intento dar orden, intento ponerle una forma a mi cabeza, a todos los pensamientos que confluyen, puede que a lo sumo intente geometrizar a Hysterya que ha vuelto a asomar la cabeza este verano ahora que me doy cuenta, aunque ha cambiado y ya no es tan autoritaria como era antes porque mis gritos y

Una Semana de Contacto Cero #004

Mierda. Esto es  lo que si que no tenía que pasar. No quería quebrantar el compromiso impuesto para esto. Para nada. Para dejar de echarle de menos a las malas. Necesitabamos esta semana de reclusión para poder dejarnos ver de nuevo porque habíamos forzado a empezar este verano de ya cuatro meses, más cerca de los cinco, que casi podrían resumirse en dos. Uno bueno y otro bastante malo. La calma que blandía hasta esta tarde la interrumpió él, aunque la han machacado otros. La música no ayuda, los amigos se sienten eternamente distantes, el aire se inspira arisco y se expira cargado e inflamable. Si lo encendéis, prende. Aunque hay alguno al que no le dejo leer la etiqueta. Debidamente incendiada de nuevo por un temor estúpido y una decepción más que añadir a la larga lista, le hacen pasar a él y nuestros errores a un segundo plano. No hay ninguna gana de encontrarse ahora mismo curando el mundo o salvando relaciones; ambas cosas igual de complicadas. De nuevo me siento vacía y

Una Semana de Contacto Cero #003

Si, ayer me olvidé de decir que flaqueé, que tuve que intentarlo. Volver a hablar con él para recordar que esto empezó por algo, que seguía todo el sentimiento ahi y que nada había cambiado y perdonarnos la nada y el todo. Beep. Beep. Y adiós a las esperanzas de curar la confusión con palabras bonitas. Pero lo gracioso es, que después de todo el día, soy feliz he sonreído muchisimo, y estoy ronca de hacerle cosquillas a mi madre. Poder disfrutar de los pequeños placeres de un martes cualquiera de agosto, por el hecho de que tu consciencia te lo permite y no hay ninguna parte de tí que se sienta culpable por no pensar en él; hace que esto parezca un poco más real y da miedo. Y a pesar de todo le extraño muchisimo. Quiero coger su cara entre las manos para mirarle sin decir palabra,  volverme de nuevo una niña mientras me rio a carcajadas. Querría que me acariciara el pelo y me hiciera cosquillas en la oreja susurrando, enredar mis piernas para acabar prisionera de un beso que q

Una Semana de Contacto Cero #002

La enfermedad no esta evolucionando bien. La abstinencia total es casi imposible. Soy yo la única que podría intentar acabar con ello y no quiere, pero tampoco estoy segura de querer pasar una semana entera asi. Si antes era poco, ahora es nada; no hay forma ni de hablar. Quizás lo consideréis una boberia, pero ¿Hace cuánto que no podemos hablar ni palabra; nada, con alguien en una semana? Puede ser que para mi parezca hacer un siglo; en parte metafórico, en parte literal, de eso. Intento conscienciarme de que esto va a durar una semana completa, que va a seguir así, día tras día, y que incluso cuando acabe el periodo de abstinencia estaré en cuarentena durante una semana más. Que termine la abstinencia no significa, que se me permita volver a drogarme. Y ese es el pensamiento que más me mata. Quizás tenga yo la última palabra sobre el cómo llevarlo, pero las directrices son claras y toda esta situación la eligió él. O de nuevo la eligieron otros por nosotros. Pero poco import

Una Semana de Contacto Cero #001

Sin rumbo ninguno aparezco por aqui, con la excusa de que él se ha marchado y yo debo de intentar averiguar que pasa conmigo y nosotros y cómo ha de encajar eso con mi lógica de matemática peculiar. Se marchó. Se fue y poco más que palabras rápidas y excusas bobas le dió tiempo a decir antes de desaparecer hasta dios sabe cuándo. Eso eligió antes que ponerle palabras a la carga asquerosa que me hace a mi dormir mal, y a él seguro que le afecta tanto o tan poco como lo que me debe querer (eso preguntádselo a él). Supongo que espera, que su confusión le valga una vez más para que yo sola nombre algo que no parece poder ser llamado y se arregle todo de nuevo. Estoy tan cansada ya. Tan agobiada. Tan rota. Tan confusa yo también, que es difícil saber si un te quiero es sincero, o si un nosotros significa lo mismo que ayer o no. Tan desilusionada, que me planteo preguntas sin buscar una respuesta que me merezca la pena por el cúmulo de cosas estúpidas de mi cabeza. Tengo ganas de tener

Corriente del desierto.

Después de tanto tiempo. De probar tantas cosas y a la vez tan pocas. De ver el mundo desde tantos ojos distintos, que te marea como entran y salen las visiones de tantos y confluyen en la tuya propia. Indefinida. Después de llorar por él, de amar, de dejar de lado y sentirte apartada. De apuntar cielo y conformarte con mirar hacia arriba con el viento revolviendote el pelo. De estar sumido en el completo caos interior, de implosionar y oir el el silencio. Hueco. Después de esperar y esperar a que algo cambiara porque sabias qué era lo correcto. De rendirte y levantarte del suelo con arañazos. De encuentros vacíos, haciendo tiempo, intentado olvidar aquello a lo que estas esperando. Después de todo eso empezó el ahora. Y las cosas que empezaban a ir bien van mal, las que siempre estuvieron ahi, se largan sin decir palabra. Y a nadie puede importarle porque con lo que decae, viene el cambio. Y no tengo ningun derecho por el momento a que me entristezca lo que ocurre por