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Una Semana de Contacto Cero #001

Sin rumbo ninguno aparezco por aqui, con la excusa de que él se ha marchado y yo debo de intentar averiguar que pasa conmigo y nosotros y cómo ha de encajar eso con mi lógica de matemática peculiar.

Se marchó. Se fue y poco más que palabras rápidas y excusas bobas le dió tiempo a decir antes de desaparecer hasta dios sabe cuándo. Eso eligió antes que ponerle palabras a la carga asquerosa que me hace a mi dormir mal, y a él seguro que le afecta tanto o tan poco como lo que me debe querer (eso preguntádselo a él). Supongo que espera, que su confusión le valga una vez más para que yo sola nombre algo que no parece poder ser llamado y se arregle todo de nuevo.

Estoy tan cansada ya. Tan agobiada. Tan rota. Tan confusa yo también, que es difícil saber si un te quiero es sincero, o si un nosotros significa lo mismo que ayer o no. Tan desilusionada, que me planteo preguntas sin buscar una respuesta que me merezca la pena por el cúmulo de cosas estúpidas de mi cabeza.

Tengo ganas de tenerle, de hablarle, ayudarle y quererle... Y no. Y luego ya todo eso me parece agotador y decepcionante porque no puedo esperar absolutamente nada de él. Así que es inútil y yo me veo de nuevo como la mala. Me da dolor de cabeza, ganas de llorar y se me cierra el estómago mientras me fluctúa la mente a doscientos por hora; pero os resumo, suspiros exasperados, miradas indiferentes y negaciones con la cabeza.

Es la enésima señal del destino para un: "Y ese es el final de la historia" o es que sólo sé querer como una estúpida que no aprende.


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