Con la tensión por los suelos. Los ojos se cierran y cada tecla del piano que está sonando a tí te retumba en los oídos. Tragas saliva. Qué sensación más rara esta. Qué forma tan rara tienes de vivir el mundo, compañera. Qué sabor más raro y culpable tiene el café. Tu mente está en otro sitio. Anda perdida ¿Cómo hacer que volváis a encontraros? Por suerte has rechazado la opción de vomitar. Sí, es cierto que ese cerebro tuyo es un laberinto; sí, podéis creéroslo todos. Yo propongo que cierres los ojos y que esa música percutiva te lleve a donde quiera que tenga que hacerlo. Creo que tus pensamientos quieren enseñarte algo y que dejes de aferrarte a la realidad que admiras y de la que tanto te quejas. 26.02.15 Giro sobre mi misma. Doy vueltas. El paisaje cada vez se vuelve más uniforme. Se confunden las formas y los colores, transformados en manchas y líneas que dan vueltas conmigo. Me encantaría que lo vieras. Que vieras lo que veo yo en el mundo. Lo que aprendes en un mome...