La odiosa sensación de sentirte solo. A veces es sólo eso, una sensación. Otras, las más difíciles, estás solo de verdad. Nadie parece escucharte. Nadie nota tu presencia. Todo sigue su curso, mientras tú, una pequeña figura silenciosa, pasas desapercibida entre la multitud. Incluso para la gente que te quiere. En esos momentos no pareces significar nada para ellos. Eres uno más. ¿Y que pasa después? Hay varias posibilidades. Primera; continuas, viendolo todo desde fuera, sin que nadie se de cuenta de lo mucho que necesitas que te devuelvan a la realidad. Segunda; continuas, intermitentemente, ese sentimiento desaparece para dar paso a otros, pero no es defnitivo, a veces, vuelves al principio. Tercera; alguien por fin se da cuenta de como te sientes, se preocupan por tí, pero eso aunque ayuda, no siempre sirve para remediarlo del todo. Cuarta, la idílica; alguien consigue hacerte escapar de tí mismo y de nuevo, te sientes tú. La soledad desaparece. Quinta, la más peligrosa y traicionera; la persona que necesitas en ese momento, para que ese sentimiento desaparezca, aparece, y tu soledad ha sido borrada de un plumazo. Pero no dura demasiado. Al contrario, al cabo del tiempo, el sentimiento vuelve, con más fuerza. Anhelas lo que antes tenías y ya no.
"Luego sentí como si todo se cayera encima poco a poco. Lo que había habido se me escurría entre las manos, al tiempo que oía en mi mente esas palabras: "Nunca te quedes con las ganas de hacer nada, aunque te equivoques hasta el fondo y no haya vuelta atrás. Al menos habrás aprendido algo."
jo, es tan bonito TT^TT
ResponderEliminargracias ^^
ResponderEliminarYa he vuelto. :)
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