El ser humano persigue la felicidad. Suele ser lo que quiere todo el mundo. Ser feliz. La felicidad es algo distinto para todo el mundo. Una persona. Una acción. Una relación. Un coche. Una casa. Una familia. En resumen hay infinitas maneras de ser feliz. Todo lo que nos rodea nos puede hacer felices. ¿Lo somos siempre? No. Si podemos serlo ¿Porque no lo somos? ¿Porque sería estúpido ser feliz siempre? ¿No tenemos tiempo? ¿Gasta mucha energía? ¿Porque algunos tenemos una sonrisa fea? No, eso no. Para ser feliz no hace falta sonreír. Yo tengo mi propia teoría. Tenemos miedo. Miedo de ser felices. Si eres feliz, en cualquier momento esa felicidad se puede perder. Las personas por ejemplo. Somos inestables, tan pronto como creas que a una persona le importas de verdad, te asesta una puñalada, o lo que es lo mismo, empiezas a desconfiar. Yo lo admito. Me he empezado a dar cuenta de que tengo miedo a que las personas sea cual sea, y sin razón, me asesten esa puñalada. Ya una vez fui feliz inocentemente, pensando que todo podía seguir así. No sé que vino primero si mi desconfianza o el batacazo. Pero ocurrió. Así que al contrario de lo que muchos supongo estaréis pensando, quiero animaros a todos a que no tengáis miedo y disfrutéis de esa felicidad como si fuera vuestra última oportunidad. No podemos vivir siempre con miedo a ser felices. Yo me aplico el cuento.
14/04/2014 Habiendo grandes quimeras retorciéndose en su interior. Innumerables. Cientos y miles de ellas solo era capaz de nombrar unas pocas. Y era solo a ellas a quienes podia echar la culpa de su constantemente insustanciado mal humor y su asfixiante mal genio. Empezaba por pensar en lo surrealista; a la par emocinante de ser feliz por alguien y acababa cada vez más convencida de lo mucho que debemos desconfiar del mundo y confiar en nosotros. Esas quimeras la mantenían siempre alerta y formaban parte de su intuición. Más agresiva que la del resto por culpa de ellas pero sin llegar a ser única. No había desde hacía tiempo nada que la hiciese única. Sentía como poco a poco su presente se veía obligado a nutrirse del pasado; como cada vez era más dependiente de las viejas amistades, viejas relaciones, la persona que antes había sido era la que había lanzado tantas sonrisas y emanado una confianza en sí misma que hacía que los demás tuvieran que pararse a averiguar porqué s...

Comentarios
Publicar un comentario