Ir al contenido principal

El Principio del Fin #002

No se como expresar como me siento. O si. Pero necesito de tiempo y ganas para intentar explicármelo a mi misma. Quizás fuera una estúpida desde el principio y no quisiera verlo. Puede que después de todo fuera yo la que no era sincera consigo misma. Puedo aceptar que me digas que nunca hubo nada más. Nada más que el cariño que le puedes tener a una "hermana", con esa atracción unidireccional tan extraña. Tan extraño como que yo saliera perdiendo en un juego que debía de tener ganado desde el principio. Y tan complejo como que tu parecieras disfrutar jugando y que mostraras interés, aunque esporádico, por formar parte de él.

Yo sé que no estuve sóla todo el tiempo. Sé que estabas ahí conmigo. Te lo contaba todo. Todo lo que me pasaba, lo que pensaba del mundo, de mi vida, de tí... y nunca tuve vergüenza de hacerlo. No me costaba hablar de cosas serias. No contigo. Todo parecía ser más fácil y simple. Tú eres así. Me hacías sentir bien y me gustaba esa sensación. Tú por tu parte, escuchabas a tu manera y yo no pretendía otra cosa. Nunca quise cambiarte por muy irritante y despreocupado que fueras a veces. Todo eso venía junto con tu nombre, tu estatura, tu pelo, tus ojos... Lo que habré sufrido yo con tus ojos... Ese verde que siempre  me imagino del color esmeralda, del color de los bosques tropicales en verano. Ese verde que me hace estremecerme cuando lo veo. La realidad es distinta. Cara a cara, tus ojos se tornan oscuros y pálidos. Parduzcos y curiosos. Pero nunca tristes.

Miento. Si los he visto tristes. Aquella vez; una de las muchas que creía haberlo resuelto todo; por supuesto, por mi cuenta, y me sorprendió tu reacción. Aquella vez que entre hecha un lío y resuelta, me dí la vuelta y por encima de un montón de cabezas cazé tus ojos, con una expresión que tan ajena me pareció a tu rostro.

Esos ojos que entonces hicieron que una parte de mí muriera y quisiera correr hasta huir de esa mirada de la que sabía que era culpable; solían hacerme sentir libre siempre. Me hacían sentir como si el mundo pudiera ser mejor de lo que yo lo veía y sencillamente tuviera que levantarme de la cama un día y mirarlo bajo el ángulo correcto para poder disfrutar de esa vida que parezco estar perdiéndome.

Tú solías desahogarte conmigo. Recuerdo como me contabas esos problemas que para mí eran tan triviales como poner un pie delante de otro porque jamás tuve dificultades con ellos. Aún así te escuchaba e intentaba ayudarte como mejor podía; aunque extrañamente, siempre entre inevitables risas. Al principio todo era fácil para los dos. Yo no era capaz de sentirme todavía atada a tí, aunque tampoco podía atarme a otra persona. Tú, eras tú, con tus miradas cargadas de cosas desconocidas, tus palabras vanas e interpretables y tu extraño interés en mi mundo complicado. Supuse que no debía hacer nada, porque no tenía sentido precipitar las cosas, y no estaba preparada para perder algo así de nuevo.

Tonta. Tonta de mí. Hay muchas cosas en las que fallo. Cometo siempre muchos errores, pero no fui capaz de darme cuenta que decir las cosas tajantes y claras desde el principio no era una de ellas. Esa era precisamente una de las que hacía bien

Pasaron los días y las semanas, que inevitablemente, empezaron a convertirse en meses; y lo único que parecíamos capaces de hacer era hablar y hablar. A veces te tocaba a ti complicar las cosas y otras a mí simplificarlas, pero éramos polos opuestos y nos regíamos por las normas del mundo al revés. O más bien por las nuestras propias.

En realidad, aquel primer momento en el que debieron cambiar las cosas, no lo hicieron y seguimos vagando por el mismo camino con pocas cosas vagamente más claras: Lo primero para mí fue que tomaríamos direcciones distintas, tarde o temprano, quisiera o no reconocerlo. Lo segundo: eres indeciso.

No sé que pensarás tú de aquellos primeros "nosotros". De los encuentros entre pasillos, las risas y los silencios. No sé que pensaste que pasaría, ni que era lo que te pasaba por la cabeza en aquellos momentos en que extraña y suicidamente nos tirábamos al vacío que existe entre tus ojos y los míos a esperar, imaginar y soñar con el día de mañana.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Una Semana de Luces #001

Ha llegado hasta a preocuparme qué escribir. Pensar si merece la pena siquiera intentar transmitir algo especial. No concibo prácticamente el hacerlo sin intención de nada. Lo que quiero es soltarme yo. Redescubrirme y echar a volar. No se que signfican muchas cosas para mí. Es un momento raro. Vivo más fuera que dentro de mi. Y se me hace muy raro. Como si en estos momentos no hubiera nada que me preocupara y me hiciera daño. Pero si lo hay. Será por ser sensible. Pero me duelen los demás a mi alrededor. Yo misma me preocupo menos. ------------------------------------------- No quiero que ella se sienta mal allí. Yo quiero que sea feliz. Y que lo sea de cualquier manera, que los demás luchen por ella las batallas que yo desde lo lejos no puedo. Tienen que estar dispuestos a hacerlo. Ella se lo merece y no va a pedir ayuda. Es una buena soldado. Herida, y no sé cuán profunda es. Ella se dedica luchar por los demás a su manera especial. Ella es única y brilla. Brilla. Y no enti...

¿Juegas?

X.01.2016 ¿Qué se supone que estoy haciendo? Arriesgando mis sentimientos. Ocultándome por propia voluntad al borde del vacío. Si no recuerdo mal, esto no acaba bien. Mierda. ¿Qué se me está pasando por la cabeza? Mierda. Id sin mi. Echaros al mar y marchad con la corriente si queréis, pero no metais a mi consciencia en esto, que no ha sido decisión suya. Fluid si de verdad solos os véis capaces, pero a mí; a mí dejádme tranquila. 05.02.2016 Es la historia del 'te quiero' que nunca dolió decir porque nunca se hizo. El beso, que aún siendo perfecto, eclipsaron los demás. El sentimiento, que de reconfortante, se vuelve temible. Al futuro, que sin esperanza, poco más le queda. Asi son las palabras, que de rezagadas se tornan poderosas. Y todo lo demás hazlo por ti, y porque nunca te hayan dejado hacerlo. Hazlo porque ahora se siente bien y puede que algún dia ya no. Y aprovecha. Aprovecha que nadie tiene derecho a quejarse de nada ahora, pa...

Taffy.

4. 12. 12 No puedes imaginar lo que me duele hacer esto. Tener que leer otra vez, y recordar. Au. 30. 11. 12 Hoy es uno de esos días en los que no quiero pensar en nada, por miedo a que se me escapen los pedacitos de las manos. La verdad, no ha habido muchos días así antes, o no que yo consiga recordar, pero se que ésta sensación no es nueva. Un pedazo del pasado envuelto en futuro. Pasado porque me recuerdo llena de esperanza. Futuro porque me siento llena de esperanza. Un sentimiento conocido pero de alguna forma inexplorado e irreconocible. No sé si por miedo, inseguridad o falta de oportunidad, aunque ahora me siento preparada para todo y dispuesta; segura a la hora de avanzar. Soy incapaz de pensar en una sensación mejor a la que tengo ahora. Siento que ésto es ese tipo de sueño del que no quieres despertar y me parece que todavía no me queda tiempo para dormir. Todavía queda mucho que averiguar y, la verdad,  no hay nada que me apetezca más.