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El Principio del Fin #004

No me puedo creer que todavía estes ahí en los peores momentos. Cuando me estoy tan terriblemente sola entre la multitud y tengo ganas de saber como me siento. En esos limbos en que me acompaña la música, caigo en el recuerdo de tus labios; siempre con algo inútil que decir. Que esa canción me ha dejado de taladrar la cabeza y el alma hasta lo más hondo hasta el punto de llegar a cansarme. Pero no me creo que todavía volváis a mí. Tu y ella juntos. Mi pequeña y dulce tortura.

No sé todavía como debería sentirme. Aunque contigo nunca lo tuve demasiado claro. No tengo idea de cual es la forma correcta de echarte de menos y hasta que punto tiene sentido que lo sienta.
Me pregunto también que te pasará a tí por la cabeza. Ahí vienes tan "inofensivo" como siempre. Ojalá tuviera la capacidad de comportarme de forma tan natural contigo.

No hace mucho, logré darme cuenta de qué era lo que tanto me costaba olvidar sobre nosotros. Y por muy mal que pueda llegar a sonar y muy estúpida que me sienta al escribirlo, ahí va, porque es a eso a lo que vengo aquí; a decirte todas esas cosas que jamás podré ni me dejarás decirte a la cara.

No se trataba de tí, de tu sonrisa, tus labios, tus miradas, tus ojos verdes, la curva de tu espalda, tu figura esbelta y flacucha, el hueso que se te marca en el pecho, o ese pelo tan descolocado. Tampoco se trataba de  mí, de lo que sentía, lo que te necesitaba, lo que me importabas, mis ganas de ayudarte, o de que algo me saliera bien. Y desgraciadamente tampoco puedo decir que fuera por el "fue bonito mientras duró".
Era porque el haber estado contigo, haber pasado tiempo juntos, ignorándo nuestro alrededor, hubiera sido bonito.
Y con ese convencimiento me forzaba a mí misma a creer en tí y darte nuevas oportunidades que una y otra vez desaprovechabas porque tú eras incapaz de verlo con mis ojos. No tienes esa perspectiva. Ya no importa, es igual. No te lo tengo en cuenta. Ha pasado ya tanto tiempo que tengo la cabeza fría y lista para pensar. Te has salvado de un león enfadado. Una bestia muy irracional.

Quizás algún día llegaremos cualquiera de los dos a arrepentirnos de no haberlo aprovechado cuando pudimos. Sé que no me está costando trabajo llevarlo porque ese sentimiento que me apegaba a tí se desvanece con cada nuevo amanecer un poquito más. "Hubiera sido bonito" no es tan fuerte como para mantenerme atada a tí y tu recuerdo durante más tiempo del que ya ha pasado, y no estoy por la labor.

Aunque ahora mismo me siento decolgada y hay algunos momentos en los que noto que ando a ciegas y estoy perdida, siento que voy desatando todos lo cabos que me anclaban a aquella persona que no estaba orgullosa de ser. Como siempre, puede que la nueva sea peor, y hasta ahora antecedentes no le faltan. Pero creo que  por una vez y para probar como se siente, debo hacer lo que me apetezca; aunque me cueste descubrir qué es.

El punto en que hemos quedado suspendidos ahora tampoco creo que sea el ideal, ni que me ayude especialmente, pero ¿Qué se le va a hacer? Si yo soy incapaz de saber dónde pararme, tendrás que hacerlo tú y ya veremos como acaba todo esto.

Sí. Es cierto que a veces creo que te necesito y te echo de menos, pero cada vez son menos y las aguanto mejor. No significa que haya dejado de quererte así, de repente de un día para otro. Has significado mucho para mí y eso te hace importante. Antes, ahora y siempre. Se que no lo elegiste cuando te acercaste por primera vez; pero lo siento, cada cual que asuma lo que te le toca. Le guste o no, no podremos hacer nada para cambiarlo.
A mí me dá igual ser la chica que te escuchó, te demostró que había gente capaz de quererte tal y como eres y a la que tuviste que decir que no una y otra vez hasta que se dió cuenta. No me importa haber sido algo pasajero.

Tengo claro que somos importantes el uno para el otro. De distintas formas. Todavía y quién sabe por cuanto tiempo más.


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