No me dejan hablar del tema porque resulta que no soy la única a la que le duele. Bueno, el 'dolor' es algo muy fuerte a estas alturas. Es de esos momentos en la vida en que trágicamente el mundo alrededor y sus problemas te dan, mucho me temo; francamente igual. Prefieres pensar en tí, en cómo te afecta o no lo hace y querrías desconectarte del mundo para sumirte en una profunda nostalgia que, si lo piensas un poco ni siquiera esta ahi.
Con todo esto acumulo odio por dentro. Odio y rabia. Porque hay muchos a los que no puedo odiar. El odio es algo muy fuerte, y es fuerte por ser como una transformación de los sentiemientos buenos que tienes en un momento hacia una persona, en malos. Para odiar tienes que haberlos querido. Y yo les he querido mucho.
Asi que ahora odio mucho. Pero no lo pienso. Lo pensaba cuando escocía porque la herida estaba abierta, o no, peor incluso era antes de que se abriera, cuando ya intuía lo que iba a pasar. Pero ahora sólo puedo lamentarme mientras se forma una media sonrisa irónica y se escapa un suspiro al que acompaña una negación con la cabeza. ¿Cómo y porqué demonios han tardado tanto en darse cuante o en atreverse a decirlo? Si es que lleva ahí desde el principio, yo ya ví el abismo desde el último momento en que parecíamos estar bien y nadie jamás parecía escuchar. Y yo por supuesto tenía miedo de gritarlo demasiado alto.
Pero claro, nadie imaginó que este sería el desenlace. Que acabaríamos todos por tener ganas de correr en direcciones opuestas a las de todos los demás. Que todo el mundo tendría ganas de juzgarte y recriminarte por todo aquello que llevas haciéndo mal desde que te conocen, porque quizás antes lo dejaran pasar, pero cada día parece nuestras malas lenguas (y en entre ellas la mía) tienen más hambre y ganas de soltarlo todo. Que tendrías tantas reticencias a la hora de estar con los demás y aún estando con ellos quisieras guardar tanto de tí para tí mismo. Que tuvieramos tanto miedo de abrirnos, confiar y acercarnos a los demás, con el firme convencimiento, de que aunque sólos no bastemos, no son ellos los predestinados a ayudarnos. Asi que no podrán. Que el oportunismo sería la regla de oro que regiría entre aquellos que una vez se creyeron invencibles juntos. Porque de verdad que lo creímos.
Con sus más y sus menos todos creímos que estos años serían mejores. Pero ¿Cómo iban a serlo, si tienes hasta miedo de escuchar qué es lo que haces mal? Miedo hasta de pensarlo. Asi está claro que no llegaríamos a ningún lado.
Todos hemos encontrado en mi opinión, aquella parte de nosotros que no buscábamos y que no nos hacía falta: la egoísta, la débil, la torpe, la que se deja dominar, la insensible, la que no sufre, la que no piensa, la que no acepta las cosas... todas esas cosas que somos y no deberíamos ser. Algunos lo somos sabiéndolo (o por lo menos la mayoría de ellas) sin cambiarlas y otros las son engañándose a sí mismos y pensando que están haciendo bien lo que hacen mal y mal lo que están destruyéndo totalmente.
No sé, opino que hay algo que estaremos haciendo bien aún así, si todavía no ha estallado una guerra. Pero no es algo que estemos haciéndo bien juntos, si no cada uno por su lado y eso no tiene absolutamente ningún mérito.
Quien me diría a mi que se es capaz de perder más de una familia; más de un hogar en menos de un año. Y que uno de ellos sería yo. Yo en mi cuerpo y yo en mi mente, que muchas veces pienso que ya no son mías. Antes me era fácil saber qué quería y donde o con quién quería estar y ya no tengo ni idea. Preferiría que me tragara la tierra en muchas ocasiones a tener que tomar una decisón. Pensando estropeo cosas por estar desganada; e impulsivamente no hago más que cometer errores.
Con todo esto acumulo odio por dentro. Odio y rabia. Porque hay muchos a los que no puedo odiar. El odio es algo muy fuerte, y es fuerte por ser como una transformación de los sentiemientos buenos que tienes en un momento hacia una persona, en malos. Para odiar tienes que haberlos querido. Y yo les he querido mucho.
Asi que ahora odio mucho. Pero no lo pienso. Lo pensaba cuando escocía porque la herida estaba abierta, o no, peor incluso era antes de que se abriera, cuando ya intuía lo que iba a pasar. Pero ahora sólo puedo lamentarme mientras se forma una media sonrisa irónica y se escapa un suspiro al que acompaña una negación con la cabeza. ¿Cómo y porqué demonios han tardado tanto en darse cuante o en atreverse a decirlo? Si es que lleva ahí desde el principio, yo ya ví el abismo desde el último momento en que parecíamos estar bien y nadie jamás parecía escuchar. Y yo por supuesto tenía miedo de gritarlo demasiado alto.
Pero claro, nadie imaginó que este sería el desenlace. Que acabaríamos todos por tener ganas de correr en direcciones opuestas a las de todos los demás. Que todo el mundo tendría ganas de juzgarte y recriminarte por todo aquello que llevas haciéndo mal desde que te conocen, porque quizás antes lo dejaran pasar, pero cada día parece nuestras malas lenguas (y en entre ellas la mía) tienen más hambre y ganas de soltarlo todo. Que tendrías tantas reticencias a la hora de estar con los demás y aún estando con ellos quisieras guardar tanto de tí para tí mismo. Que tuvieramos tanto miedo de abrirnos, confiar y acercarnos a los demás, con el firme convencimiento, de que aunque sólos no bastemos, no son ellos los predestinados a ayudarnos. Asi que no podrán. Que el oportunismo sería la regla de oro que regiría entre aquellos que una vez se creyeron invencibles juntos. Porque de verdad que lo creímos.
Con sus más y sus menos todos creímos que estos años serían mejores. Pero ¿Cómo iban a serlo, si tienes hasta miedo de escuchar qué es lo que haces mal? Miedo hasta de pensarlo. Asi está claro que no llegaríamos a ningún lado.
Todos hemos encontrado en mi opinión, aquella parte de nosotros que no buscábamos y que no nos hacía falta: la egoísta, la débil, la torpe, la que se deja dominar, la insensible, la que no sufre, la que no piensa, la que no acepta las cosas... todas esas cosas que somos y no deberíamos ser. Algunos lo somos sabiéndolo (o por lo menos la mayoría de ellas) sin cambiarlas y otros las son engañándose a sí mismos y pensando que están haciendo bien lo que hacen mal y mal lo que están destruyéndo totalmente.
No sé, opino que hay algo que estaremos haciendo bien aún así, si todavía no ha estallado una guerra. Pero no es algo que estemos haciéndo bien juntos, si no cada uno por su lado y eso no tiene absolutamente ningún mérito.
Quien me diría a mi que se es capaz de perder más de una familia; más de un hogar en menos de un año. Y que uno de ellos sería yo. Yo en mi cuerpo y yo en mi mente, que muchas veces pienso que ya no son mías. Antes me era fácil saber qué quería y donde o con quién quería estar y ya no tengo ni idea. Preferiría que me tragara la tierra en muchas ocasiones a tener que tomar una decisón. Pensando estropeo cosas por estar desganada; e impulsivamente no hago más que cometer errores.
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hola!! Gracias por tu comentario, ve verdad. No pasa nada, yo tambien lo creo que fue asi peor bueno... Son temporadas aunque ahora me siento con muchas mas ganas. Escribes genail por cierto no lo sabia :)
ResponderEliminarxx
Hola cielo !
ResponderEliminarAcabo de encontrar tu blog y me encanta lo que escribes !
Me quedo como seguidora
Pásate por mi blog y dime qué te parece
Besos
http://ariptisima.blogspot.com.es