En muchas ocasiones siento todo hecho pedacitos. Roto de mil maneras y por sitios distintos. Y cuando recojo el desastre del suelo con ojos húmedos, ya soy perfectamente consciente de que volverá a caerse al suelo, para romperse y dolerme de nuevo ¿Pero qué más me queda que levantarlo del suelo e intentar arreglarlo? Me veo reflejada de mil maneras distintas, con miles de colores distintos. Algunas veces más grandes, otras más pequeños, más flaca, más inteligente, más fea, con más corazón, más simple, menos asimétrica... Y al siguiente vistazo veo todo lo contrario; al siguiente otra cosa totalmente distinta. Y observo la imagen de esos pedacitos de cristal y como ondea y oscila de uno a otro mientras centro la vista en uno, enfoco otro y me veo observarme. Distinta pero yo; desconocida pero yo. Las luces y las sombras, cambian la percepción de lo que es bueno y lo que es malo y lo que no es ninguna de las dos. Los colores, cambiantes y centelleates, se iluminan y se vuelven opac...