Ir al contenido principal

Fragments.

En muchas ocasiones siento todo hecho pedacitos. Roto de mil maneras y por sitios distintos. Y cuando recojo el desastre del suelo con ojos húmedos, ya soy perfectamente consciente de que volverá a caerse al suelo, para romperse y dolerme de nuevo ¿Pero qué más me queda que levantarlo del suelo e intentar arreglarlo?

Me veo reflejada de mil maneras distintas, con miles de colores distintos. Algunas veces más grandes, otras más pequeños, más flaca, más inteligente, más fea, con más corazón, más simple, menos asimétrica... Y al siguiente vistazo veo todo lo contrario; al siguiente otra cosa totalmente distinta. Y observo la imagen de esos pedacitos de cristal y como ondea y oscila de uno a otro mientras centro la vista en uno, enfoco otro y me veo observarme.

Distinta pero yo; desconocida pero yo.

Las luces y las sombras, cambian la percepción de lo que es bueno y lo que es malo y lo que no es ninguna de las dos. Los colores, cambiantes y centelleates, se iluminan y se vuelven opacos y pálidos y de nuevo brillantes con cada movimiento ligero, tambaleante y fascinado de mi cabeza. Con cada movimiento vacilante pretendiendo alcanzar el suelo, vibran colores y sombras, las formas se revuelven en sus pequeños trocitos de mundo, atrapadas. Mil ojos me miran de vuelta, intrigados, cohibidos ante la imagen de lo que ven. Intento recogerlos, pero mis mano curiosean y prueban a cogerlos y girarlos en sus ejes únicos, mientras los rayos refulgentes del sol los atraviesan y un haz escapadizo recorre la habitación. El suelo blanco está tintado de proyecciones con coloridas imperfecciones, siluetas siniestras y una gran sombra  en movimiento.

La curiosidad me hace juguetear con ellos entre mis manos, pero es la despreocupación la que me produce el corte en la palma de la mano. Rápidamente suelto el cortante cristal, ahora corrompido por la tinta grana que lo baña y desborda ahora hasta tocar el suelo. Automáticamente me llevo la mano a la boca y siento el escozor del corte limpio, pero hay algo que consigue llamar aún más mi atención y es la belleza; la obra de arte en que se ha convertido mi pequeño desastre con un poco de distancia. Mi imagen, resquebrajada de mil maneras pero formando un todo raro e imperfecto. Sin simetría, pero a su vez magnético.

Quizás sea así como el mundo que vea, agrietada, imperfecta con muchas caras y muchos matices, sombras y luz. Destructible y firme. Agresiva como el cristal, compleja y cambiante, pero con algo raro y distinto, que consigue que la gente, a veces, se quede.

Un pensamiento más. Una forma más de buscar ver las cosas de otra manera, aunque se trate de mi vida descompuesta.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Una Semana de Luces #002

Me han hecho darme cuenta hoy, de que probablemente me siento más vacía aquí porque lo suelto todo hablando. De que si no encierro las cosas, no puedo disfrutar de esto igual. Y he sentido la leve y molesta presión de la injusticia. No me gusta tener que elegir entre pensar y escribir y liberarme hablando. No entiendo porqué no puedo tener las dos cosas. Esto me hace sentirme más en paz y me produce algo que nada más hace. Pero, ¿Porqué voy a tener que resignarme a callar por quererlo? Creo que por una vez, en tanto tiempo merezco la oportunidad de que me escuche alguien y aprovecharlo. Todo lo demás me parece injusto. ------------------------------------------- Se trata de ella. Que cree que nada, cuando en realidad vuela. Es lo que quiere. Es esa ligereza con la que lo hace todo. Es esa sonrisa con la que todo adorna. El mar esta encerrado en sus ojos si todavía lo buscas. Está ahí en un día de verano nublado y ella se desenvuelve como si nada. Nada. Sueña que nada en sus...

Una Semana de Luces #001

Ha llegado hasta a preocuparme qué escribir. Pensar si merece la pena siquiera intentar transmitir algo especial. No concibo prácticamente el hacerlo sin intención de nada. Lo que quiero es soltarme yo. Redescubrirme y echar a volar. No se que signfican muchas cosas para mí. Es un momento raro. Vivo más fuera que dentro de mi. Y se me hace muy raro. Como si en estos momentos no hubiera nada que me preocupara y me hiciera daño. Pero si lo hay. Será por ser sensible. Pero me duelen los demás a mi alrededor. Yo misma me preocupo menos. ------------------------------------------- No quiero que ella se sienta mal allí. Yo quiero que sea feliz. Y que lo sea de cualquier manera, que los demás luchen por ella las batallas que yo desde lo lejos no puedo. Tienen que estar dispuestos a hacerlo. Ella se lo merece y no va a pedir ayuda. Es una buena soldado. Herida, y no sé cuán profunda es. Ella se dedica luchar por los demás a su manera especial. Ella es única y brilla. Brilla. Y no enti...

Espera.

<< Y la chica de la falda de cuadros acabó mojada, hecha pedazos y con una lágrima manchando su perfecto y delicado rostro, ante un día en el que debería de haber brillado el sol. >> 7:30 de la mañana, miércoles 30 de Abril. Al norte de una isla perdida en el Atlántico, en una cuidad llena de magia en cada rincón. El sol brilla como acostumbraba a hacer antes de que llegasen las lluvias. No hay nadie en la calle, ¿O sí? Por lo menos nadie que llame la atención del pequeño bulto, sentado en un banco de la Calle Mayor. Está esperando a alguien, o a algo. ¿Pero, que espera...? Sentada como estaba, tuve la tranquilidad necesaria para poder pararme a pensar que era lo que me había sacado de casa tan repentinamente aquella mañana. ¿Que había sido? ¡Demonios! ¿Que era tan importante, que iba a pasar que fuera tan importante para sacarme de la cama a las 6:00, ducharme y vestirme con sumo cuidado, para que al final acabara allí, sentada en un banco, sin intuición que seguir...