Endless summer of Nightmares: Beginnings.
Hablar de principios es hablar de finales, y esto último tiene su ironía cuando se trata de verano interminable. Aquel verano que debería haber sido un sueño precioso y que se tornó oscuro, más allá del cielo encapotado de esta ciudad y otros muchos cielos que retiene su memoria de ese verano; fue el último verano que recuerda haber deseado que acabase, 'de una vez por todas'.
Como en tantas otras ocasiones, la expresión para poco le sirvió. El verano acabó, pero su sueño ennegrecido se alargó unos meses. Había naufragado su barco de felicidad y fue entonces cuando tomó una decisión que si sería permanente: jamás volverían a ser los mismos en ese barco. Y el tiempo demostró, que así sería. No volvió a subir a ese barco; no quiso y no se le dió la oportunidad. El barco, seguía, dejándola atrás y sin alterar su rumbo, dirijiéndose hacia el sol sin saber que se quemaría. Ella a la deriva en el mar, perdida, encontró su propia forma de mantenerse a flote.
Una luz que la acompañaba y que puede que jamás sea consciente de lo que hizo por ella. Aún ahora, le saca sonrisas, la rescata y le ayuda a encontrar el Alba. Con ella tenía siempre de que hablar. O no. Pero siempre veía una forma de conocerse más a sí misma, mientras la escuchaba confesarle cosas, o mientras sus palabras brotaban, directas desde la cabeza; decisivas.
Y a todo esto. Él, en el final del verano; el verano de verdad, había decidicido romper el acuerdo tácito entre ambos y entrar de nuevo en su cabeza. Después de tanto tiempo, resultaba tan raro que siguieran siendo los mismos... Los mismos, pero se había acabado. Ya no más dualidades, no más encriptados y no más juegos de confusión. Solo ellos, simplemente eso. Decidió aceptar su cercanía, a sabiendas, de que aquello sólo podía ir a peor para ella; ella que luchaba por poder ser tan fuerte como debía y resistirse a que el 'de una vez por todas' desapareciera.
Hablar de principios es hablar de finales, y esto último tiene su ironía cuando se trata de verano interminable. Aquel verano que debería haber sido un sueño precioso y que se tornó oscuro, más allá del cielo encapotado de esta ciudad y otros muchos cielos que retiene su memoria de ese verano; fue el último verano que recuerda haber deseado que acabase, 'de una vez por todas'.
Como en tantas otras ocasiones, la expresión para poco le sirvió. El verano acabó, pero su sueño ennegrecido se alargó unos meses. Había naufragado su barco de felicidad y fue entonces cuando tomó una decisión que si sería permanente: jamás volverían a ser los mismos en ese barco. Y el tiempo demostró, que así sería. No volvió a subir a ese barco; no quiso y no se le dió la oportunidad. El barco, seguía, dejándola atrás y sin alterar su rumbo, dirijiéndose hacia el sol sin saber que se quemaría. Ella a la deriva en el mar, perdida, encontró su propia forma de mantenerse a flote.
Una luz que la acompañaba y que puede que jamás sea consciente de lo que hizo por ella. Aún ahora, le saca sonrisas, la rescata y le ayuda a encontrar el Alba. Con ella tenía siempre de que hablar. O no. Pero siempre veía una forma de conocerse más a sí misma, mientras la escuchaba confesarle cosas, o mientras sus palabras brotaban, directas desde la cabeza; decisivas.
Y a todo esto. Él, en el final del verano; el verano de verdad, había decidicido romper el acuerdo tácito entre ambos y entrar de nuevo en su cabeza. Después de tanto tiempo, resultaba tan raro que siguieran siendo los mismos... Los mismos, pero se había acabado. Ya no más dualidades, no más encriptados y no más juegos de confusión. Solo ellos, simplemente eso. Decidió aceptar su cercanía, a sabiendas, de que aquello sólo podía ir a peor para ella; ella que luchaba por poder ser tan fuerte como debía y resistirse a que el 'de una vez por todas' desapareciera.
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