Querido amigo, Ésto es una carta para tí. No está escrita a mano, ni guardada en un sobre con sello y dirección. Es más anónima y más personal. Es algo para tí, escrito con mi corazón y guardado en mi alma con candado; abierto a quién quiera conocer. Acusé a otros; enemigos invisibles de fallos que tu hiciste que viera. Confié en tí, hasta el momento de mi desengaño. Incluso después de eso, amanecía buscando tu mirada entre las nubes y la niebla. Buscaba algo que me indicara que seguías velando por mí. Entre la gente y el cielo me hiciste perder el horizonte. Perdí la línea entre ambos mundos; el real y mi consciencia. Dejaste de confiarme tus secretos, de recordarme antes de dormir, de creer que estaría allí cuando quisieras. Cambiaste de la noche a la mañana. Tu aura calmada y paciente se tornó caprichosa, inapaciguable. No podía controlarte. Yo que mantenía tus pies en el suelo; echabas a volar y me querías llevar contigo. No quiero. Aunque quisiera, no podría. No vuelo sin alas,...