Se me ocurrió que era perfecto. Dejar de lado todo eso que se va sumando poco a poco y crea esa masa cambiante y voluptuosa que se deforma. Que me priva de Hysterya y hace que todo venga me empuje y pase de largo, cada vez con un ritmo más frenético que termina por dejar mis extremidades entumecidas. Hasta el punto dónde estoy ahora en que empiezo a creerme muy a mi pesar que las puede que las cosas esten dejando de afectarme.
Pero una fracción de segundo bastó para convertir esa decisión en confusión total. De repente mil preguntas se agolpan a las puertas de mi capacidad analítica esperando una respuesta como si la vida se me fuera en ello y se me escapa el aliento. Una sóla vez. A la vez que siento como si mi corazón se hubiera saltado un latido. Ese instante ha sido más agotador que el resto de la tarde. Y del día si me apuras.
Así que si. Un segundo más tarde me encuentro con que no tengo las cosas tan claras como puede que creyese.
¿Qué es eso que se sumó y cual es el problema?
Pretendía parar los giros y fluctuaciones de la masa para pararme a observarla y descubrir su forma. Pero es que resulta que puede que no tenga.
Poco a poco la fui puliendo en mi cabeza y quitando todas las cosas que se habían solapado allí: Ellos, el estrés, el verano que mejor no hubiera sido verano, la soledad, Él, la persona que no reconozco en el espejo, aquella a la que echo de menos, el cambio, mi falta de Hysterya...
Y me acabé quedando sin nada. Nada de nada. No hay nada detrás de todas esas cosas. No hay motivo oculto esperándome. Son todas esas cosas juntas y una detrás de la otra las que no van conmigo y me han dejado donde estoy. Son ellas todos esos empujones que me entumecen. Y no las he podido apartar porque han venido todas juntas. Y estan juntas porque sin una, hay otra que no está y se siguen alimentando la una de la otra. Y lo único que puede sacarme ya que conmigo no basta es algo que rompa el circulo; que se meta en medio y se haga hueco, disipándo todo lo demás.
Por favor. Pronto. Antes de que vuelva a metamofosear en algo que no conozco.
Pero una fracción de segundo bastó para convertir esa decisión en confusión total. De repente mil preguntas se agolpan a las puertas de mi capacidad analítica esperando una respuesta como si la vida se me fuera en ello y se me escapa el aliento. Una sóla vez. A la vez que siento como si mi corazón se hubiera saltado un latido. Ese instante ha sido más agotador que el resto de la tarde. Y del día si me apuras.
Así que si. Un segundo más tarde me encuentro con que no tengo las cosas tan claras como puede que creyese.
¿Qué es eso que se sumó y cual es el problema?
Pretendía parar los giros y fluctuaciones de la masa para pararme a observarla y descubrir su forma. Pero es que resulta que puede que no tenga.
Poco a poco la fui puliendo en mi cabeza y quitando todas las cosas que se habían solapado allí: Ellos, el estrés, el verano que mejor no hubiera sido verano, la soledad, Él, la persona que no reconozco en el espejo, aquella a la que echo de menos, el cambio, mi falta de Hysterya...
Y me acabé quedando sin nada. Nada de nada. No hay nada detrás de todas esas cosas. No hay motivo oculto esperándome. Son todas esas cosas juntas y una detrás de la otra las que no van conmigo y me han dejado donde estoy. Son ellas todos esos empujones que me entumecen. Y no las he podido apartar porque han venido todas juntas. Y estan juntas porque sin una, hay otra que no está y se siguen alimentando la una de la otra. Y lo único que puede sacarme ya que conmigo no basta es algo que rompa el circulo; que se meta en medio y se haga hueco, disipándo todo lo demás.
Por favor. Pronto. Antes de que vuelva a metamofosear en algo que no conozco.
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