Girl at Party: So be it
Pasó lo que tuvo (o no tuvo que pasar), y una vez más la expectación del nuevo comienzo se vió aplastada por aquella cosa que eran él y ella, y las circunstancias. Aquello a lo que siguen llamando Nosotros. Su crueldad una vez más, implacable; la incomprensión cada vez mayor y el inevitable cambio más cerca que nunca derivaron en la mayor frustración e impotencia que recordaba haber sentido después de Ella.. Y eso ya era mucho decir. El daño que le hizo y los errores que cometió por eso la marcarían. A ella y los que 'la sujetaban'. Dado que con perspectiva las cosas se ven mucho más claras; ahora sería capaz de decir que sin aquella noche; todo el ahora tal cual lo conoce no existiría. Ni siquiera formaría parte del 'Gran Quizás', que habría dejado atrás meses de devastación interior.
Nunca llegué a concluir el relato de la muchacha ilusa y lo que el destino le tenía preparado. Nunca llegó a terminar de ser trascendente. Si que lo fue. Pero pronto; muy pronto, se convirtió en una razón de sabor amargo en la boca y un símbolo del cambio que ocurriría mucho más tarde, olvidando el primer instante en que os empecé a contar este pequeño paréntesis en la historia.
Situaros. Situaros porque ha pasado mucho tiempo, y aunque esto sea sólo un breve escrutinio de su vida a través mi voz; la lupa, os servirá como lección, como consejo. Os ayudará a entender todo aquello por lo que el destino le hace pasar; qué es lo que la ha llevado a dónde está ahora, todas esas pequeñas cositas que poco a poco se van sumando ese 'Gran Quizás'. Es importante. Para mí lo es, y lo seguirá siendo. Aunque en ocasiones les duela a ambos saberlo.
Resultó ser, sencillamente algo que se fue tejiendo poco a poco. Algo que ella hubiera notado desde el principio, de no ser porque se creía demasiado ocupada y desligada de él como para poder notar el más sutil de los cambios. Se equivocaba. De manera tan estrepitosa que parece increíble ¿Cómo pudo pensar que se habría acabado, si incluso ahora; a estas alturas de la película de sus vidas a veces lo duda. Duda que todo haya terminado por triste que sea. Por la sencilla razón, de que si él grita su nombre, por primera vez sintiéndo algo, ella podría; sin ningún tipo de duda ir corriendo de nuevo. Demos gracias a que no llegará la hora de probarse a si misma.
Los hilos, al constante paso de los días comenzaron a formar algo totalmente tangible que ella se permitió apreciar únicamente en el momento en que él se lo quiso mostrar. Más grande que ellos, y más grande que todo el sufrimieno se alzaba un nuevo final para su más larga y reveladora anécdota. Al final; en el punto de inflexión de el último año, todo se reducía a la inimaginable importancia de un beso. Eso era aquello que podría haber agitado su mundo ponerlo patas arriba. Un beso sentido, querido, incandescente y que dijera algo. Algo más que todos los demás, con más significado. Era una 'prueba'. De las más estúpidas, ya que la había ansiado, incluso sin saber hasta dónde llegaría y que para ella sencillamente afirmara lo que ya sabía: Funcionaban.
Pero por algo el 'Gran Quizás' en boca de Rabelais, se llamaba quizás. Porque habla de todas esas posibilidades; de todo lo que pudo ser y no fue. Y todo lo que sí fue. Pero muchas veces ignorámos, que para que algo sea, hay otras muchas cosas que no son; y sólo nos damos cuenta cuando se complican las situaciones y no podemos elegir. Es entonces cuando pensamos en el quizás, pero está siempre ahí.
Incluso ahora, después de aquello, pasado un tiempo pienso que la única razón que hay a mi alrededor para todas aquellas cosas que me ocurren (y no me ocurren) es ese 'Gran Quizás'. Algunos lo llaman destino y otros karma. Y otros creerán en dios o en nada, o pensarán que todo eso no tiene nada que ver. Pero sí; con cada segundo que pasa me convenzo más de que el humano, en toda su suicida complejidad no esta hecho para la búsqueda de algo humano. Sino que corremos en busca de algo más; más grande, más poderoso, más sabio, más correcto que todos nosotros. Lo haya o no. Lo encontremos al final de nuestras vidas, durante ellas; después o nunca, siempre nos acompañará.
Pasó lo que tuvo (o no tuvo que pasar), y una vez más la expectación del nuevo comienzo se vió aplastada por aquella cosa que eran él y ella, y las circunstancias. Aquello a lo que siguen llamando Nosotros. Su crueldad una vez más, implacable; la incomprensión cada vez mayor y el inevitable cambio más cerca que nunca derivaron en la mayor frustración e impotencia que recordaba haber sentido después de Ella.. Y eso ya era mucho decir. El daño que le hizo y los errores que cometió por eso la marcarían. A ella y los que 'la sujetaban'. Dado que con perspectiva las cosas se ven mucho más claras; ahora sería capaz de decir que sin aquella noche; todo el ahora tal cual lo conoce no existiría. Ni siquiera formaría parte del 'Gran Quizás', que habría dejado atrás meses de devastación interior.
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