Ir al contenido principal

La Princesa - Natalia Alemán

Bien bueno una amiga mía ésta empezando a escribir unos relatos que me encantan así que os dejo con ellos y que hablen por si solos.

La princesa


“A lo lejos se ve la figura de una muchacha esbelta, que se adentra en el horizonte con paso seguro, no mira atrás ni un solo momento, sabe que es lo correcto, ella será quien cree su final feliz.”


Asomada al balcón de una de las cientos de torres, me encuentro yo, una princesa de belleza infinita, como todas las demás; al mirar al horizonte veo las torres donde demás princesas se encuentran encerradas, esperando lo mismo que yo: a su príncipe azul. Ese joven que tanto has deseado, esa persona especial que sabes que en cualquier momento aparecerá y te ayudará a escapar, finalizando así uno de los miles de cuentos de hadas. Cada mañana me asomo, y miro a lo lejos, esperando ver emerger a esa persona; aunque los días pasan y con ello mis esperanzas van disminuyendo, he visto a cientos de ellos aparecer pero, ninguno viene hacia mí, ninguno. En esta hermosa mañana vuelvo a ver a un príncipe azul emerger en el horizonte, ¿será el mío? ¿Habrá ya para mí ese final feliz de cuentos de hadas que tanto añoro? Miles de preguntas recorren mi mente, creando un remolino de ilusión. Veo como ese joven se acerca más y más hacia la zona de mi torre, mi esperanza se desborda y empiezo a sentir felicidad, la felicidad que había perdido hace ya tiempo. ¿Vendrá a por mí? ¿Seré yo su amada? Y lo veo, ya está cerca. Mi corazón da un vuelco, está ya tan cerca de mí, ¿será él? Sí, todo mi ser rabia de alegría con solo pensar en ello. Sonrío y lo miro, esperando que nuestras miradas se topen y que sin palabras me lo confirme; me confirme que viene a por mí, que yo soy su media naranja, su princesa de cuentos de hadas. Que yo soy esa persona con la que siempre ha soñado, la que le ha dado fuerza para venir hacia aquí. Pero, ¿qué hace? ¿A donde va? ¿No soy yo su princesa? ¿No soy yo la joven de su amor eterno? Veo cómo el joven se desvía, y sigue caminando en dirección de su verdadera amada. No. Esa palabra, me golpea, me hace daño, me hiere por dentro y toda mi amargura, tristeza y soledad se desbordan de mi ser. Nunca había estado tan cerca de poder salir, de recorrer mundo con mi amado, de prometernos amor eterno. Lágrimas silenciosas recorren mi rostro, no deseo ver más, echo a correr hacia mi cama. Esa cama con dosel rosa, esa cama donde derramo mis lágrimas. Me tiro con tal fuerza que llego a hacerme daño pero, no me importa, ya nada me importa, nunca antes había estado tan cerca de mi final feliz. Las lágrimas no paran, caen a borbotones sobre mi almohada y entonces, la venda que cubría mis ojos, se cae, veo cómo mi pequeña burbuja se rompe, se hace añicos y no puedo hacer nada para evitarlo. Recojo los fragmentos e intento unirla, pero, es imposible, y lo sé. Tirada sobre la cama, lloro, grito, me desahogo como nunca antes había hecho; dejo que mi ira, amargura, soledad me embargan. Y, ya nada me importa, sé que yo no encajo aquí. Yo no soy una de las princesas de cuentos de hadas. Mi príncipe azul no existe y no aparecerá jamás. Cuando mis lágrimas cesan corro escaleras abajo e intento abrir esa puerta, que tantos años me ha tenido encerrada. Esa puerta en la que en antaño descargaba mi ira. Y antes de seguir, veo las marcas que le he dejado, esos arañazos y rayones que se quedarán ahí para siempre. Cojo el pomo y lo giro, sabiendo como las mil veces anteriores que, nunca se abrirá; que estoy condenada a permanecer aquí encerrada, esperando a alguien que nunca aparecerá. Pero esta vez es diferente, el pomo cede, se abre; y yo salgo, salgo y me encuentro frente a un mundo desconocido que deseo explorar. No necesito ningún príncipe, soy libre, ya puedo recorrer mundo, conocer a otras personas, disfrutar, y lo más importante: llegar a ser feliz. Mi cuerpo ya se ha puesto en movimiento mientras pienso en todo esto, él camina por el sendero para llegar al horizonte desde el que todas vemos aparecer a príncipes en busca de su amada. Varias princesas me observan, y, llenas de felicidad, intentan salir también de su torre pensando que, ya todas somos libres pero, no pueden, su pomo no cede, enfadadas, golpean la puerta una y otra vez, sabiendo que ellas tendrán que esperar. Ellas no son como yo, yo no necesito a un príncipe que amar, yo seré quien elija a esa persona especial.

Fin


Natalia Alemán Calcines
30-8-2010



Comentarios

Entradas populares de este blog

Una Semana de Luces #001

Ha llegado hasta a preocuparme qué escribir. Pensar si merece la pena siquiera intentar transmitir algo especial. No concibo prácticamente el hacerlo sin intención de nada. Lo que quiero es soltarme yo. Redescubrirme y echar a volar. No se que signfican muchas cosas para mí. Es un momento raro. Vivo más fuera que dentro de mi. Y se me hace muy raro. Como si en estos momentos no hubiera nada que me preocupara y me hiciera daño. Pero si lo hay. Será por ser sensible. Pero me duelen los demás a mi alrededor. Yo misma me preocupo menos. ------------------------------------------- No quiero que ella se sienta mal allí. Yo quiero que sea feliz. Y que lo sea de cualquier manera, que los demás luchen por ella las batallas que yo desde lo lejos no puedo. Tienen que estar dispuestos a hacerlo. Ella se lo merece y no va a pedir ayuda. Es una buena soldado. Herida, y no sé cuán profunda es. Ella se dedica luchar por los demás a su manera especial. Ella es única y brilla. Brilla. Y no enti...

¿Juegas?

X.01.2016 ¿Qué se supone que estoy haciendo? Arriesgando mis sentimientos. Ocultándome por propia voluntad al borde del vacío. Si no recuerdo mal, esto no acaba bien. Mierda. ¿Qué se me está pasando por la cabeza? Mierda. Id sin mi. Echaros al mar y marchad con la corriente si queréis, pero no metais a mi consciencia en esto, que no ha sido decisión suya. Fluid si de verdad solos os véis capaces, pero a mí; a mí dejádme tranquila. 05.02.2016 Es la historia del 'te quiero' que nunca dolió decir porque nunca se hizo. El beso, que aún siendo perfecto, eclipsaron los demás. El sentimiento, que de reconfortante, se vuelve temible. Al futuro, que sin esperanza, poco más le queda. Asi son las palabras, que de rezagadas se tornan poderosas. Y todo lo demás hazlo por ti, y porque nunca te hayan dejado hacerlo. Hazlo porque ahora se siente bien y puede que algún dia ya no. Y aprovecha. Aprovecha que nadie tiene derecho a quejarse de nada ahora, pa...

Taffy.

4. 12. 12 No puedes imaginar lo que me duele hacer esto. Tener que leer otra vez, y recordar. Au. 30. 11. 12 Hoy es uno de esos días en los que no quiero pensar en nada, por miedo a que se me escapen los pedacitos de las manos. La verdad, no ha habido muchos días así antes, o no que yo consiga recordar, pero se que ésta sensación no es nueva. Un pedazo del pasado envuelto en futuro. Pasado porque me recuerdo llena de esperanza. Futuro porque me siento llena de esperanza. Un sentimiento conocido pero de alguna forma inexplorado e irreconocible. No sé si por miedo, inseguridad o falta de oportunidad, aunque ahora me siento preparada para todo y dispuesta; segura a la hora de avanzar. Soy incapaz de pensar en una sensación mejor a la que tengo ahora. Siento que ésto es ese tipo de sueño del que no quieres despertar y me parece que todavía no me queda tiempo para dormir. Todavía queda mucho que averiguar y, la verdad,  no hay nada que me apetezca más.