Dolor. Esa es la forma que tengo que describir lo que me pasa por dentro. Ahora mismo me siento tan inmersa en ese estado interior que soy incapaz de encontrar razones para sentirme así. Sólo soy capaz de intuirlas.
Una maraña de incertidumbre me cubre por las noches; cuando duermo, y se despeja al despertarme cada mañana. Eso no es lo que duele.
No encuentro palabras para describir lo que siento cuando me derrumbo. Se trata de un nudo gigante en mi estómago que me impide pensar con claridad. Mi cuerpo y mi mente se bloquean llevándome en pocos segundos a un estado de shock repentino. Me sorprende sin más creyéndose con derecho a invadirme. Después de un par de minutos reteniendo lagrimas y sollozos me queda una tremenda melancolía y un malestar físico conocidos.
Quizás te preguntes que pueden tener unas cosas que ver con las otras, pero querido, ahí si que no puedo ayudarte. Yo misma intento establecer alguna relación entre todo lo que ha pasado estas últimas dos semanas y quien soy o en lo que me he convertido ahora.
No puedo evitar pensar en que he hecho las cosas como mejor he creído que me convenían y que el dolor es sólo una señal para decirme que estoy en lo correcto. Debo desinfectar la herida antes de cerrarla si pretendo que la cicatriz no se note mucho.
Porque siempre me quedará la cicatriz.
Una maraña de incertidumbre me cubre por las noches; cuando duermo, y se despeja al despertarme cada mañana. Eso no es lo que duele.
No encuentro palabras para describir lo que siento cuando me derrumbo. Se trata de un nudo gigante en mi estómago que me impide pensar con claridad. Mi cuerpo y mi mente se bloquean llevándome en pocos segundos a un estado de shock repentino. Me sorprende sin más creyéndose con derecho a invadirme. Después de un par de minutos reteniendo lagrimas y sollozos me queda una tremenda melancolía y un malestar físico conocidos.
Quizás te preguntes que pueden tener unas cosas que ver con las otras, pero querido, ahí si que no puedo ayudarte. Yo misma intento establecer alguna relación entre todo lo que ha pasado estas últimas dos semanas y quien soy o en lo que me he convertido ahora.
No puedo evitar pensar en que he hecho las cosas como mejor he creído que me convenían y que el dolor es sólo una señal para decirme que estoy en lo correcto. Debo desinfectar la herida antes de cerrarla si pretendo que la cicatriz no se note mucho.
Porque siempre me quedará la cicatriz.
Hola, buenas noches, ¿cómo se presenta la semana? Espero que genial al igual que tu genial blog, por cierto, feliz año nuevo (con un poco de retraso jajaja).
ResponderEliminarTienes una página muy especial e interesante, te felicito por tu gran entrega. Me ha encantado; buen diseño, lenguaje legible, bien organizado y ameno. ¡En fin, qué más puedo decirte! Espero que sigas creciendo y que nunca abandones este espacio tan personal, recuerda que un blog es como un hijo recién nacido, crece y evoluciona con el paso del tiempo hasta convertirse en una persona de éxito y respetable, pero para ello hay que saber cuidarlo todos los días.
Te sigo, así que seguiré visitándote siempre que tenga un tiempo libre para ver las restantes entradas y las nuevas que subas. Te deseo mucha suerte y espero que pronto subas un nuevo post para disfrutar de él.